martes, 21 de octubre de 2008

“Acuífero Guaraní recurso estratégico mercosureño”


Virginia María Chiesa (*)

Introducción a la escasez mundial del agua dulce.

En el año 2004, la Organización de Naciones Unidas informó que la cuarta parte de la población mundial vive con escasez de agua potable salubre y que esta proporción se duplicaría dentro de veinte años, en este sentido quisiera destacar que del total de los recursos hídricos del planeta el agua dulce solamente representa el 3%, distribuida en un 2% en casquetes de hielo, glaciares y aguas subterráneas mientras que tan sólo el 1% aflora en aguas superficiales.
Como se advierte, el agua dulce es uno de los recursos naturales no renovables más preciados, por lo tanto, de su adecuado suministro y gestión dependen la agricultura, la ganadería, la salud y alimentación de las personas, los ecosistemas, la industria, la energía, el mantenimiento de la paz y la estabilidad social. Bajo este horizonte cabe señalar que el analista norteamericano Kent Hughes Butts sostiene que “ningún país podrá ser económica o socialmente estable sin una provisión de agua segura”[1] y que el mayor desafío que deberán afrontar la mayoría de los países en los próximos años será optimizar la disponibilidad del agua frente a una demanda creciente.
Al respecto, resulta importante dejar establecido el “concepto de agua” que se debate en los conflictos globales, ya que el mismo se postula a través de dos presupuestos antagónicos: “un bien social ligado al derecho a la vida, que constituyendo un elemento esencial de la salud pública no puede ser comercializado, versus una mercancía de lucro, cuya explotación y acceso se rige por las leyes del mercado”.
Conforme la situación descripta, se aprecia que las naciones del Norte necesitan de los recursos del Sur para continuar con sus procesos de expansión motivados en la acumulación de riquezas, por lo tanto debemos estar alerta ante los proyectos de privatización de nuestras aguas alentados por grandes corporaciones, ya que quien logre controlar el agua dulce dominará la economía mundial y la vida en un futuro no muy lejano.
Entre los principales factores que inciden directamente sobre la escasez, destaco el creciente aumento demográfico y la incesante contaminación producto del avance tecnológico y del desarrollo. A modo de ejemplo, observamos que en los países en vías de desarrollo el 70% de deshechos industriales son vertidos sin tratar en aguas que contaminan el suministro.
Para contrarrestar estos efectos la tendencia a nivel mundial adquiere su basamento en el principio de “prevención de la contaminación” que se ve materializado en la producción de sustancias no tóxicas, a diferencia de lo que sucede en países subdesarrollados donde se recurre a la depuración de lo ya contaminado, lo cual insume un mayor esfuerzo y acarrea inmensurables gastos. Por tal motivo, sería conveniente que los gobiernos de países del tercer mundo consideren la posibilidad de otorgar incentivos económicos a la adopción de tecnología destinada a prevenir la contaminación[2]

Situación en el Mercosur.
Realizada esta introducción, debemos destacar que el Acuífero Guaraní es una de las reservas de agua dulce más grandes del planeta, descansa en el subsuelo de los territorios de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina, países signatarios del Tratado de Asunción de 1991 que dio lugar al nacimiento del Mercosur, y goza de una capacidad para abastecer a la población mundial aproximadamente por 200 años a razón de 100 litros por día por habitante.
En virtud de la proyección de tendencias de consumo y deterioro del recurso, durante el año 2004 la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur realizó dos recomendaciones:
Ø La creación en el ámbito del Mercosur de una comisión especial de estudio, análisis y comparación de las legislaciones nacionales, referidas al uso, explotación, concesión y control de la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas provenientes del denominado Sistema Acuífero Guaraní, con el propósito de realizar recomendaciones a los gobiernos tendientes a lograr modificaciones en la normativa vigente que contemplen contenidos mínimos de protección y uso racional de este recurso.
Ø Declarar de dominio público de los Estados Parte al Sistema Acuífero Guaraní, con administración, gestión y control estatal.
En lo que refiere a la adopción de una normativa común entre los Estados Parte del Mercosur a los fines de mitigar el aprovechamiento irracional y antisocial del citado recurso, felizmente podemos decir que tanto Brasil como Argentina, luego de la sanción de la Ley General del Ambiente Nº 25.675/02, han modificado y armonizado sus ordenamientos jurídicos internos en materia de protección ambiental, tomando como punto de referencia las directrices establecidas en la Declaración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en el año 1992.
En el marco de lo expuesto, resulta relevante analizar lo que está sucediendo en torno a los distintos usos a los que responde el Acuífero Guaraní. “El país que más lo explota es Brasil, abasteciendo total o parcialmente entre 300 y 500 ciudades y exportando a Medio Oriente agua embotellada. Uruguay tiene unos 135 pozos de abastecimiento público de agua y algunos de ellos se destinan a la explotación termal. En Paraguay se registran unos 200 pozos principalmente dedicados al uso humano y en la Argentina hay en explotación cinco perforaciones termales de agua dulce y una de agua salada ubicadas en la Provincia de Entre Ríos.”[3]
Hecho este comentario, deviene impostergable la SANCION de un “ACUERDO MARCO MERCOSUREÑO que regule la propiedad, gestión, usos, conservación y explotación sustentable de las aguas SUPERFICIALES y SUBTERRANEAS transfronterizas” tal como lo prescribe el artículo 6º inciso “n” y el área temática 1.f. prevista como anexo del Acuerdo Marco sobre Medio Ambiente del Mercosur.
En miras a la protección ambiental y el desarrollo sostenible del Sistema Acuífero Guaraní la referida legislación deberá contemplar la legitimación activa de las generaciones futuras, el control social y la participación ciudadana que son herramientas fundamentales para la preservación y el mantenimiento del recurso.
Finalmente, para llevar a cabo dicha labor estimo conveniente que los Estados mercosureños adhieran a la Convención de Aarhus de Dinamarca de 1998 sobre el acceso a la información, participación pública en procesos de toma de decisiones y acceso a la justicia en problemas ambientales.
DATOS DEL AUTOR: Virginia María Chiesa

(*)Abogada, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Maestranda en Sistemas Ambientales Humanos, C.E.I. - (U.N.R.). Adscripta en la asignatura “Derecho Agrario y Ambiental”, Cátedra “B” (U.N.R) - (2do. año cursado). Autora del libro: “Mercosur. Un nuevo desafío para la humanidad: la crisis del agua”, UNR Editora, prólogo: Dr. Luis Orlando Andorno y de otros artículos sobre recursos hídricos publicados en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Rep. Dominicana, Chile, Bolivia, México, Perú, Ecuador, Cuba, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Estados Unidos, España, Francia, Suiza, Suecia y Bélgica.
Ver textos en www.codigor.com.ar/virginiachiesa.htm
E-mail: virginiachiesa@argentina.com
[1] Hughes Butts, Kent. “The Strategic Importance of Water”, From Parameters, Spring 1997, pp. 65-83, http://www.carlisle.army.mil/usawc/Parameters/97spring/butts.htm, acceso 5 de junio de 2007.
[2] Chiesa, Virginia M. “Mercosur. Un nuevo desafío para la humanidad: la crisis del agua”, pág. 22, UNR Editora, Rosario, 2005.

[3] Elizondo, Silvana y Pazos, Leonardo. “La cuestión del agua dulce en la Argentina desde una perspectiva estratégica”, Centro de Estudios Estratégicos del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de la Nación Argentina, pág. 26 y 46, Editorial Bibliográfica de Voros S.A., 2006.




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